Libros que me gustaron
'Ligereza' de Yung Pueblo
Recomiendo MUCHO este libro. Fácil de leer, con ejemplos de la vida del autor que hace que empatices y te identifiques.
Me gusta que propone formas para conectar con unos mismo, para reflexionar, siempre desde un lado muy cercano y realista. Me pasa con algunos libros que te dan «ideas para mejorar», sin embargo a veces me hacen sentir como que «no hago lo suficiente» para conseguirlo. De modo contrario, con este libro me he sentido acompañada, al ver que todos tenemos mejores y peores días, y que eso no significa que estemos «yendo hacia atrás», sino que lo importante es aceptar que podemos tener días más bajos, y luego volver a tomar la fuerza para seguir sanando.
Con qué me quedo?
- Siempre es bueno tener objetivos y deseos porque nos impulsan a actuar para conseguirlos. Sin embargo, tenemos que liberarnos del apego hacia ellos. No hay que darles toda la responsabilidad a nuestros deseos como generadores de felicidad. Tenemos que estar agradecidos con lo que ya tenemos en el momento presente. Trabajar por más, pero apreciar lo de hoy.
- Tenemos que agradecer aún cuando atravesemos momentos difíciles, porque no sabemos lo que viene detrás.
- No nos resistamos al cambio si nuestro presente nos hace estar insatisfechos. Es mejor decepcionarnos al intentar hacer algo que queremos, que frustrarnos por estar en donde no queremos.
- La velocidad por conseguir un objetivo no es lo importante. La constancia lo es. Y disfrutar del camino.
'El cambio' de Wayne W. Dyer
El libro se compone de 4 capítulos: «De…» «La Ambición…» «A…» «Significado…»
Nos lleva a través de un viaje desde que «no eramos nada», o sea, antes de nacer, pasando por el momento en el que creamos nuestro «falso yo», hasta que encontramos el «significado» o el sentido a nuestra vida.
Propone que, más que buscar la felicidad, es importante encontrar un significado en lo que hacemos. Quizá no estemos felices todo el tiempo, pero si le vemos sentido a lo que hacemos, estaremos satisfechos, estaremos conectados con quienes realmente somos y queremos ser.
Con qué me quedo?
- A medida que vamos creciendo, vamos implementando un «falso yo» que proviene del ego, y que nos hace creernos algunas mentiras que nos pueden hacer mucho daño:
- «Quien soy es lo que tengo»: aprendemos que mientras más cosas materiales tengamos, más válidos y queridos seremos. Esto es peligroso ya que podemos empezar a crear un círculo vicioso en el que nada es suficiente, y siempre que consigamos algo, en vez de disfrutarlo, estaremos pensando en cómo conseguir el siguiente objetivo. Además, hoy en día con las redes sociales y la publicidad incesante, siempre parece que necesitamos algo más.
- «Quien yo soy es lo que hago»: desde niños nos enseñan que mientras mejor y cuanto antes hagamos las cosas, más valemos. Comparar a los niños en las escuelas por lo rápido que terminan los exámenes y la nota que obtienen es peligroso, ya que quienes obtengan las notas más bajas pueden sentir que «no valen». De adultos arrastramos esto, creyendo que valemos más en base a nuestro pruesto de trabajo, o que valemos menos si no cumplimos nuestras metas en los plazos que nos habíamos fijado.
- «Soy lo que los demás piensan de mi»: La autoestima debería surgir de mantener convicciones positivas sobre nosotros mismos, y no sobre la aprobación de los demás. Desde niños buscamos la aprobación de nuestros padres, profesores, amigos… Y de adultos seguimos… con jefes, parejas, compañeros de trabajo, etc. Si el valor que me doy a mi misma depende de las opiniones del resto, me pierdo mi auténtico yo. Porque inconscientemente, más que hacer lo que quiero, haré las cosas por agradar al resto y para no «valer menos».
Por lo tanto, creo que es importante que comencemos a cuidar más la educación de las nuevas generaciones. La comunicación es fundamental. Motivarles a superarse pero sin herir su valor. Ayudarles a cultivar su autoestima, ayudarles a valorarse y respetarse. Incentivarles a que elijan su propio camino, y no el que otros quieren que sigan…
'Vivir bellamente' de Pema Chödrön
En este libro, Pema Chödrön hace una libre interpretación de 3 votos del budismo tradicional, planteándolos como 3 compromisos que cualquier persona puede tener, independientemente de si es creyente de una religión o no: 1) Comprometerse a no causar daño; 2) Comprometerse a cuidar los unos de los otros; 3) Comprometerse a aceptar el mundo tal como es.
Sin embargo, más que la explicación de los compromisos, a mi me gustó la primera parte del libro donde explica algo que siento es fundamental entender: La gran mayoría de las personas crecemos creyendo que debemos encasillarnos en una identidad fija para encajar en grupos de pares. Puede que esta identidad me genere tranquilidad y seguridad a corto plazo. Sin embargo es insostenible, porque lo único verdadero en esta vida, es que todo está en constante cambio. En el budismo se le llama «apego al yo» a esa noción de la petrificada imagen de uno mismo, que tanto dolor nos puede traer.
Con qué me quedo?
- Es importante sentarnos con nosotr@s mism@s a preguntarnos si la idea que tengo prefijada de mi realmente me sirve o me limita. Puede que nos hayamos creído algo que nos decían de pequeñ@s como: «No sos buen@ para aprender idiomas». Tenemos que preguntarnos si esto es realmente así o es lo que creo erróneamente sobre mi.
- Podemos cambiar de opinión, y eso no es contradecirnos. A medida que pasa el tiempo, nosotr@s, como todo en la naturaleza, vamos cambiando. Entonces, por ejemplo, aunque hayamos estudiado una carrera, más adelante podemos dejar de sentirnos identificad@s con eso que estudiamos, y tomar otro rumbo.
- Nos tomamos tiempo para hacer un montón de cosas que no nos gustan. Tomémosnos tiempo también para conectar con nosotr@s mismos. Para descubrir qué es lo que realmente quiero hacer. No pasa nada si antes «vendí» una imagen diferente. Puedo entrar en una crisis de identidad. Pero al final, eso es lo mejor, porque es mi oportunidad para darle espacio a mi auténtico yo.